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La frescura y humedad que proporcionan al suelo las aguas circulantes de un río o un arroyo permite que se desarrolle un variopinto cordón vegetal caducifolio, a salvo de sequías, en el que se dan cita un buen número de formaciones ribereñas.
EL PAISAJE OLVIDADO DE LA SIERRA
Batida por los vientos y azotada por el frío y la escasez de humedad, la estepa se presenta a priori como el más sufrido y olvidado de los enclaves de la Sierra de Albarracín. Su epidermis está tapizada por un verdegal de tipo leopardino en el que la sabina rastrera traza el paisaje.
EL PINAR, BASE DE LA ECONOMÍA DE LA SIERRA
El pinar, con independencia de la especie dominante, ha constituido desde tiempos remotos un recurso valioso en la economía de los habitantes de la sierra. Vastas masas pinariegas cubren la geografía comarcal, siendo la mayor formación arbórea de la Sierra de Albarracín.
El sabinar es un bosque antiguo que resiste en un medio duro, frío y seco, de acentuada continentalidad y que ha sido históricamente pastoreado. La Sierra de Albarracín presenta una de las mayores masas forestales de sabinar de España y del mundo.
TREMEDALES, LAS ÚLTIMAS TURBERAS DE LA SIERRA
Originadas en el pasado, bajo condiciones climáticas periglaciares de frío y humedad, las turberas más meridionales de Europa sobreviven en el macizo del Tremedal.